Análisis: Sonic Generations (Nintendo 3DS)

Sonic ha dado muchas alegrías en la casa de Sega. Un personaje creado para disputar el trono de las plataformas a Mario y establecer una imagen de marca entre Sega/Sonic y los diferentes sistemas de la compañía. Un punto que puede verse como una obviedad en pleno 2012, pero antiguamente la masa no estaba tan informada y comprar una u otra máquina podía depender de esto (máxime cuando nuestros padres compraban sin preguntar primero).


Hace unas semanas analizábamos la versión de sobremesa de Sonic Generations, ahora le toca el turno a la pequeña de la casa para 3DS. Una alternativa diferente y compatible con la anterior. La tenencia de una no exime la compra de la otra. Si son tan amables…

Sonic se hace mayor

Apartado técnico

Los sistemas portátiles juegan en una liga diferente  y por tanto deben criticarse desde un prisma modificado, en argot se debe cambiar el chip al jugar con estos equipos. Nosotros mismos somos más permisivos con algunos puntos que no pasaríamos por alto en una máquina de sobremesa.

Hablando de la parte técnica, Sonic Generations  está lejos de los estandartes gráficos de la consola, pero con todo se defiende. Correcto detallado de los escenarios, texturas pobres  en muchos elementos e incómodos dientes de sierra que desmerecen el acabado final. La paleta de colores utilizada guarda poco las formas por que no encaja en según que entornos y además luce muy apagada en determinados segmentos. Sospecho que la incorporación del modo 3D ha obligado a recudir la calidad gráfica para asegurar un framerate estable.




El juego se mueve con soltura en casi todas las tesituras, excepto cuando la carga es elevada, lo cual se traslada al movimiento del erizo (dentro de la velocidad esta se reduce mínimamente). No afecta a la jugabilidad. Sonic está bien animado y perfilado. Sin tacha en esa parte.

Elegante modo 3D el que nos trae Sega en este Sonic Generations. Se ha diseñado de forma inteligente al lograr cierta profundidad en los elementos principales sin abusar del mismo. Un acierto por que impide cansar en demasía la vista por la combinación de la velocidad del juego y el entorno tridimensional. Falla en la dotación de volumen en elementos de gran tamaño (jefes) y produce que pasen algo desapercibidos. Al activarlo el rendimiento del juego se reduce de forma casi inapreciable.

Jugabilidad

Sonic se encontrará consigo mismo en una aventura que nos invitará a jugar con las dos vertientes del erizo: Moderno y antiguo. En la práctica no difieren en demasía. En el modo historia tendremos que avanzar superando cada de una de las fases que nos encontramos. Cada nivel contará con dos versiones, una para tipo de Sonic. Una vez superadas se desbloqueará una misión especial ligada a esa fase en particular.
Continuaremos hasta llegar a los jefes. Enemigos de final de fase con un diseño (la forma de jugarlos y superarlos) más atinado que en la versión de sobremesa (su gran punto negro). Superarlos no os costará demasiado, pero se disfruta el intentarlo.

El desequilibrio se produce en los niveles normales debido a los errores de diseño. Sonic es velocidad y para ello deben construirse entornos que faciliten esa habilidad. Por desgracia nos encontramos con trabas en los escenarios que frenan nuestro avance. Me refiero a elementos que no logramos anticipar y que rompen la jugabilidad. Haciendo necesario a través de un método de ensayo/error aprendernos esas partes para poder continuar con garantías. Un aspecto del que se abusa en los niveles del Sonic Moderno. Sinceramente creo que este detalle repercute en la propia rejugabilidad de las fases, por que no invita a repetirlas.

En un juego con este espíritu los cortes deberían añadirse a través de elementos salvables con habilidad y que seamos capaces de intuir. Encontrarse las cosas de frente sin ofrecer posibilidad alguna de modificar nuestra trayectoria destruye la diversión. El núcleo del error se encuentra en la visión limitada que tenemos del entorno, en la versión de sobremesa observamos una mayor cantidad de mapeado, aquí por razones técnicas se nos priva de ello. Matizo que las fases del Sonic Moderno se han realizado en base a las que aparecieron en Sonic Rush.






De forma directa el juego es corto (sobre 4 horas para completar el modo historia), la gracia se encuentra en repetir los niveles para mejorar nuestra puntuación y hallar todos los secretos. Contamos con un modo contrarreloj, un versus que nos permitirá desafiar a un amigo (por red o local) y un entretenido modo misiones. En este último la finalidad será la de completar diferentes niveles bajo unos parámetros determinados. Todo ayuda a aumentar la vida útil del cartucho.

Sonido

En este aspecto Sega nunca falla si se trata de Sonic. La BSO es fantástica, con una selección de temas trabajada, variada y que ambienta con tino nuestro supersónico paso por las fases. Quizá sobre algún tema, pero esto es más una apreciación personal que una crítica al uso y más tratándose de un apartado tan personal. Doblado al español (aunque no hay mucho que doblar) y subtitulado a nuestro idioma.

Conclusión

Sega ha apostado sobre seguro con esta versión. Las fases del Sonic antiguo recuerdan a las que teníamos en Sonic 1 (aunque se han tomado ciertas libertades) y los niveles del Sonic Moderno que tan poco convencen a mucha gente se ha construido siguiendo los parámetros de Sonic Rush. El acabado técnico convence y el modo 3D merece utilizarse.




Por contra, el diseño de niveles es muy deficitario en la mayoría de entornos. Rompe el desarrollo, limita al jugador y rebaja la diversión. Un aspecto inadmisible en un plataformas portátil donde se busca entretenimiento directo y sin fisuras. Tampoco ayuda la mala implementación del auto-apuntado y ciertas mecánicas aburridas y toscas.

Recomendable para fans del erizo y para todos aquellos que odian las fases del Sonic Moderno de sobremesa. En este juego el tratamiento es diferente.

Puntuación: 6+

Sonic Generations para 3DS a la venta por un precio recomendado de 39,95€.